Furore, un nombre que evoca maravilla y asombro, es un rincón escondido de la Costa Amalfitana en Italia, y un tesoro por descubrir para aquellos viajeros que buscan una experiencia auténtica y alejada del turismo masivo.
Este pequeño y pintoresco municipio se adhiere a la escarpada ladera de la montaña, y ofrece vistas panorámicas al mar Tirreno. Con sus encantadoras casas de colores esparcidas por la montaña y su famoso «fiordo», un estrecho desfiladero que se extiende hasta el mar, Furore es una joya escondida que debe ser parte de cualquier recorrido por la Costa Amalfitana.

Uno de los principales atractivos de Furore es, sin duda, su «fiordo», un fenómeno natural que se ha convertido en uno de los rincones más fotografiados de la Costa Amalfitana. El Fiordo de Furore, como se conoce, es un estrecho valle creado por la erosión del agua en la roca, donde se esconde una pequeña playa que se puede alcanzar descendiendo por un antiguo camino de escaleras. El puente que atraviesa el fiordo a gran altura es el lugar perfecto para admirar este fenómeno natural y se ha convertido en una etapa obligatoria del Giro de Italia, la famosa carrera de ciclismo.
Pero Furore no es solo su fiordo. Al recorrer las calles de este pueblo, el viajero puede apreciar las tradicionales casas mediterráneas, pintadas de vivos colores y decoradas con hermosos murales. De hecho, Furore es conocido como «el pueblo que no existe», porque no tiene un centro histórico como tal, sino que sus casas y edificios están dispersos por la montaña. Esto le da a Furore un encanto especial, convirtiéndolo en un lugar ideal para perderse y descubrir a cada paso nuevos rincones pintorescos.

Otro de los atractivos de Furore son sus viñedos, que producen el excelente vino blanco Costa d’Amalfi Furore DOC. Las terrazas escalonadas donde crecen las vides son un paisaje típico de la Costa Amalfitana y una maravilla para la vista. Para los amantes del vino, una visita a una de las bodegas de la zona es una oportunidad única para degustar este preciado caldo y conocer de cerca el proceso de elaboración del vino.
Los amantes de la naturaleza y el senderismo encontrarán en Furore un auténtico paraíso. El sendero de los Dioses, uno de los más famosos de la zona, pasa por Furore y ofrece vistas espectaculares de la costa y el mar. Además, desde Furore se pueden hacer diversas excursiones a los pueblos vecinos de la Costa Amalfitana, como Amalfi, Positano o Ravello.
Para aquellos que buscan un contacto más auténtico con la vida local, se recomienda visitar Furore durante su famoso Festival de los Murales, que se celebra cada año en septiembre. Durante este festival, artistas de todo el mundo vienen a pintar los muros de las
casas, convirtiendo el pueblo en una auténtica galería de arte al aire libre.
Furore también cuenta con una interesante oferta cultural, con varias iglesias y museos que se pueden visitar. Entre ellos destaca la Iglesia de San Michele Arcangelo, que alberga un precioso retablo del siglo XVII, y el Museo de la Papelera, que nos permite conocer la antigua tradición de la elaboración de papel en la Costa Amalfitana.

Aunque pequeño en tamaño, Furore es grande en belleza y encanto. Un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, y donde cada rincón nos sorprende con su belleza. Un lugar que, sin duda, debe ser incluido en cualquier itinerario por la Costa Amalfitana.
Por último, no podemos dejar de mencionar la hospitalidad de sus habitantes. La gente de Furore, acostumbrada a vivir en un lugar donde la naturaleza es la protagonista, tiene una forma de vida tranquila y amable. Ellos estarán encantados de compartir con usted sus costumbres, su comida y su amor por esta tierra.
Si tienes la oportunidad de visitar la Costa Amalfitana, no dejes de pasar por Furore. Aunque no es tan conocido como Amalfi o Positano, este pequeño pueblo tiene mucho que ofrecer a sus visitantes. Con su singular fiordo, sus coloridas casas, sus viñedos y sus senderos panorámicos, Furore es un destino que no te dejará indiferente.